Consejos para afrontar el calor con niños

Consejos para afrontar el calor con niños

El organismo de los bebés y los niños pequeños es muy vulnerable al calor, ya que su sistema regulador no ha madurado aún; y su temperatura se eleva entre tres y cinco veces más rápido que en un adulto debido a que tiene menos reserva de agua. Es normal entonces que si el termómetro sube y sube, el pequeño esté irascible y llorón, inapetente, o no duerma bien: tiene calor. Una sensación que podemos intentar aliviar. 

Aunque los recién nacidos pueden enfriarse rápidamente, no es necesario que los abriguemos en exceso. Es habitual ver a los bebés en verano con gorro, manga larga y tapados hasta los pies cuando los demás vamos en bañador y pasamos calor. Ellos también pasan calor, aunque no suden, por lo que es difícil percibirlo. Precisamente por eso es muy importante que mantengamos una temperatura adecuada, porque el sudor sirve para refrescarse y ellos prácticamente carecen de dicha función. Debemos tocarles la nuca para saber si sudan.

Algunos de las señales que nos indicarán si el bebé está pasando calor son: el llanto, o por el contrario que se encuentre apático y parezca agotado o aletargado. Si notamos estos síntomas debemos ponerlo en una habitación fresca, quitarle ropa, darle líquidos o abanicarle suavemente para refrescarlo. De esta forma debería recuperar su actividad habitual y si no fuera así, tened en cuenta que deberíais consultar con vuestro pediatra.

Pero, ¿cómo saber si la temperatura de los bebés es la adecuada?

Estos son algunos consejos:

  1. Vestir al bebé con tejidos transpirables como el algodón o el lino, prendas holgadas, y de colores claros. Cuando cae el sol no le abriguéis mucho tampoco, una camiseta y un pañal suelen ser suficientes para las noches tórridas. Es importante que el colchón, el protector y las sábanas sean también transpirables, y elegid un lugar fresco y ventilado para colocar la cuna.
  2. Mantened al bebé bien hidratado, ya sea con leche materna o agua si toman leche de fórmula.
  3. Nunca se debe dejar al bebé al sol; la luz debe darle de forma indirecta, y en los paseos deben ir protegido con ropita, gorro, sombrillas o fotoprotector indicado para bebés.
  4. También dentro de casa debemos mantener una temperatura adecuada:
    • Entre 21 y 24 grados por el día y los 19 a 21 grados por la noche. En todo caso, la diferencia entre el interior y el exterior no debe superar los 10 grados.
    • Refrescar las estancias abriendo ventanas cuando menos calor haga.
    • Alejar al bebé de estancias calurosas, especialmente si se usa el horno en la cocina o alguna otra maquinaria que eleve la temperatura de la habitación.
    • Estar en las habitaciones donde menos dé el sol.
    • Usar ventiladores o aire acondicionado a un nivel suave y que no incidan directamente en el bebé.
    • El aire acondicionado reseca mucho el ambiente, por lo que conviene utilizar un humidificador cuando hay pequeños en casa, mejor si es de aire frío. No hay que dejarlo siempre encendido, es mejor ponerlo en el cuarto del bebé antes de acostarlo y después apagarlo; y vigilar que los filtros estén limpios.
    • Se debe alejar al bebé de las corrientes de aire y del viento, ya que podrían enfriar el cuerpo en exceso.
    • También podéis recubrir su silla de paseo, su trona, y la silla del coche con alguna tela ligera para que no transpiren tanto. 

Lo importante es mantener al bebé cómodo y lo más fresquito posible.

SurroFamily España

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